Sistema de escape del coche: componentes, funcionamiento y mantenimiento

El sistema de escape de un vehículo es un componente fundamental, aunque a menudo pasado por alto por muchos conductores. Sin embargo, este sistema no solo contribuye al correcto rendimiento del motor, sino que también desempeña una función de elevada importancia en la reducción de emisiones y del sonido que emite el vehículo.

En este artículo, exploraremos en detalle el sistema de escape de un motor, sus partes esenciales, su funcionamiento crucial y las pautas clave para su mantenimiento, abordando aspectos como las fugas en el sistema de escape y las posibles averías en el sistema de escape.

¿Qué es el sistema de escape?

A grandes rasgos, el sistema de escape es la red de componentes diseñada para canalizar los gases producidos durante la combustión del motor hacia el exterior. De forma resumida, podemos decir que es el principal responsable de transportar los gases quemados por el motor hacia el exterior, reduciendo con ello el sonido y transformando parte de las sustancias nocivas en menos perjudiciales. Su finalidad principal es mejorar el rendimiento del motor, la sonoridad y las emisiones.

Partes del sistema de escape

El sistema de escape está formado por una gran variedad de componentes que trabajan en conjunto para cumplir sus funciones. Si bien muchos conductores solo piensan en el tubo de escape, el sistema es mucho más complejo. A continuación, detallamos las partes principales del sistema de escape:

  • Colector de escape

Ubicado en la parte frontal del motor y conectado a la culata, el colector de escape recoge los gases de escape directamente de los cilindros del motor y los canaliza hacia el resto del Sistema. Su diseño influye directamente en el rendimiento del motor al facilitar la expulsión de los gases residuales. Una vez que se produce la combustión, los gases generados salen del motor y van al turbo (si lo tiene) o directamente al colector.

  • Catalizador / Filtro de partículas

El filtro de partículas, catalizador o convertidor catalítico se encuentra en el tramo inicial del sistema, después del turbo (en caso de tenerlo) y generalmente cerca del motor. Este componente tiene una misión fundamental: transformar los gases tóxicos o nocivos, como el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno, en sustancias menos perjudiciales mediante reacciones químicas. En su interior contiene materiales nobles como oro, rodio, paladio y platino, integrados en una red de celdas de cerámica, que facilitan esta catálisis.

  • Silenciador del tubo de escape

El silenciador del tubo de escape, situado en el tramo medio o posterior del sistema, tiene como objetivo principal reducir el sonido producido por la expulsión de los gases. Utiliza cámaras internas y materiales absorbentes para disminuir las vibraciones y el sonido.

Mantenimiento del sistema de escape

Un sistema de escape en buen estado es crucial no solo para reducir la contaminación sonora y las emisiones nocivas, sino también para el rendimiento y la eficiencia del vehículo. Como cualquier componente automotriz, el sistema de escape está sujeto al desgaste y a posibles averías con el tiempo.

Avería en el sistema de escape

Es fundamental estar atento a los síntomas que pueden indicar una avería en el sistema de escape. Algunos de los fallos más frecuentes y sus signos incluyen:

  • Fugas en el sistema de escape: Se detectan por sonidos como silbidos. Es importante reparar la fuga reemplazando la sección dañada. La fugas en el sistema de escape pueden comprometer la eficiencia y aumentar el ruido.
  • Obstrucción del filtro de partículas o catalizador: Se manifiesta con pérdida de potencia, aumento del consumo de combustible u olor desagradable, requiriendo el reemplazo del catalizador.
    El vehículo nos advierte mediante una señal luminosa o mensaje en el cuadro de instrumentos. Debemos revisar el manual de instrucciones del vehículo para ver cómo proceder. En caso de omisión, es probable que se deba sustituir el componente.
  • Problemas con el sensor de oxígeno: Indican un aumento del consumo de combustible, pérdida de potencia o la luz de advertencia del motor encendida, lo que generalmente se soluciona cambiando el sensor.
  • Soportes del escape dañados: Se identifican por vibraciones o ruidos al pasar por baches, necesitando el reemplazo de los soportes defectuosos.
  • Acumulación de suciedad y óxido: Se evidencia por corrosión visible o ruidos metálicos, pudiendo prevenirse con limpieza y tratamiento antioxidante.

Se recomienda revisar el sistema de escape después de alcanzar los 80.000 km o 160.000 km, dependiendo del vehículo y el estilo de conducción. En automóviles más antiguos es aconsejable realizar inspecciones bianuales.

El mantenimiento en el sistema de escape

El mantenimiento preventivo es clave para evitar problemas en el sistema de escape y, por ende, en el tubo de escape. Realizar inspecciones periódicas para detectar posibles daños, fisuras o corrosión es fundamental. Asegurarse de que las sujeciones y soportes estén en buen estado y reparar cualquier fuga a tiempo también contribuye a la durabilidad del sistema.

En cuanto al cómo limpiar el tubo de escape, en un mantenimiento correcto se recomienda reemplazar los silenciadores dañados. Para la acumulación de suciedad y óxido en el exterior del tubo de escape, se pueden utilizar productos específicos para la limpieza de metales, aunque es crucial asegurarse de que no dañen otros componentes del sistema. Si la suciedad o el óxido afectan el interior o el rendimiento, podría indicar un problema mayor que requiera la revisión de un profesional.

Comillas

En resumen, el sistema de escape juega un papel vital en el rendimiento y la eficiencia de tu vehículo. Comprender sus componentes, su funcionamiento y la importancia de su mantenimiento te ayudará a evitar averías en el sistema de escape y a asegurar un funcionamiento óptimo de tu coche.

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