¿Para qué sirve?
Las pastillas de freno transmiten el par de frenado al disco de freno y desde allí, a través de la llanta y los neumáticos, a la calzada. Como el elemento de fricción de la pastilla de freno está conectado con el disco de freno, al frenar, las pastillas friccionan con el disco en movimiento. De este modo el vehículo logra reducir la velocidad y detenerse.
Consecuencias de un mal funcionamiento
En caso de desgaste, existe el peligro de alargar la frenada o incluso no frenar. Y si las pastillas de freno están completamente desgastadas, se originan grietas y fisuras profundas en el disco de freno, lo que supone un riesgo para la seguridad.
¿Cuándo cambiar las pastillas de freno?
Es preciso efectuar una revisión de los frenos como mínimo una vez al año y cada vez que se cambien los neumáticos. Además, en caso de que se encienda el testigo de control de las pastillas de freno, se debe solicitar una cita con un servicio oficial para su sustitución tan pronto como sea posible.
¿Sabías qué…?
Un sistema de frenado en mal estado incrementa en un 20 % la distancia necesaria para detener el vehículo.